¿Qué es la terapia sexual?
La terapia sexual es una forma de terapia desarrollada en las últimas décadas que integra conocimientos de múltiples disciplinas científicas como la biología, la psicología, la sociología, la medicina sexual, la antropología, entre otras, para el tratamiento de disfunciones sexuales, conflictos con la orientación sexual y la identidad de género, parafilias (actividades sexuales no convencionales), secuelas del abuso sexual, entre muchos otros problemas sexuales relacionados principalmente con el deseo sexual, la excitación, el orgasmo y el dolor. Algunos ejemplos de disfunciones sexuales son:
Anorgasmia
Dispareunia
Preorgasmia
Deseo sexual hipoactivo
Vaginismo
Eyaculación precoz
Disfunción eréctil
Hipersexulidad
Eyaculación retardada
Aversión al sexo
También son motivo de tratamiento:
Disritmia
Infidelidad
Celotipia
Actividad sexual en el embarazo
Los profesionales que proporcionan este servicio son psicólogos, médicos o terapeutas con entrenamiento profesional en sexología clínica y psicoterapia sexual.
¿Cómo funciona la terapia sexual?
La terapia sexual consiste en asistir a una sesión clínica donde el terapeuta escuchará el motivo de consulta, es decir, el malestar o conflicto que llevó al paciente a pedir ayuda. Lo siguiente es evaluar los síntomas e identificar el origen o las causas del problema sexual. Éstas pueden ser de origen orgánico, psicológico o mixtas. De acuerdo con esta información se integra un diagnóstico inicial y es posible que soliciten al paciente exámenes médicos especialmente si el problema tiene un origen orgánico. Posteriormente, se programan sesiones de terapia, en la mayoría de los casos se recomienda asistir a una por semana. Además del tratamiento terapéutico del problema durante dichas sesiones, se indican una serie de técnicas y tareas o ejercicios conductuales diseñados a la medida de cada paciente o pareja que deberán realizar en casa. La psicoterapia sexual puede practicarse de manera individual, en pareja o en ocasiones incluso grupal dependiendo de las necesidades del o los pacientes y de las particularidades o complejidad del problema. De acuerdo con lo anterior, su duración puede ser desde un par de meses hasta varios años.
¿Cuándo acudir a terapia sexual?
Cuando se experimenta malestar físico o psicológico durante cualquier tipo de actividad sexual individual o en pareja, es decir, cuando no es posible abandonarse a la experiencia erótica debido a que algún factor nos lo impide como dolor, incomodidad, ansiedad o miedo durante las relaciones sexuales, falta de control de la eyaculación, dificultad o incapacidad para alcanzar una erección, pensamientos o sentimientos de inseguridad, ira o frustración en la relación de pareja, entre muchos otros ejemplos. Además, se recomienda asistir cuando se desea tener un desempeño sexual más pleno y satisfactorio o bien cuando sencillamente se desea adquirir nuevos conocimientos relacionados con la sexualidad.